En una emotiva carta anónima en donde cuenta sus temores, angustia e historia de vida, un jugador de la Premier League admite ser Gay pero no puede contarlo en su equipo.
Un jugador de la primera división de inglaterra, envió una carta anónima al diario The Sun contando su pesadilla al no poder vivir una vida normal, no puede contarlo en su equipo por el miedo a cómo se tome la noticia.
Otro punto son los prejuicios, en las canchas se han vivido conocidos tratos xenófobos,de parte de las hinchadas y los propios protagonistas, sin dudas es un tema delicado.
La carta:
“Desde chico siempre quise ser futbolista. No me interesaba que me fuera bien en la escuela. En lugar de hacer la tarea, cada minuto libre lo pasaba con una pelota. Al final, eso dio sus frutos. Aún hoy me tengo que pellizcar cuando salgo al campo de juego a jugar cada semana frente a decenas de miles de personas.
Sin embargo, hay algo que me separa del resto de los jugadores de la Premier League. Soy gay. Hasta escribirlo en esta carta es un gran paso para mí. Pero solo mi familia y un reducido grupo de amigos saben de mi sexualidad. No me siento listo para compartirlo con mi equipo o con mi entrenador. Es algo difícil. Paso mucho tiempo de mi vida con estas personas y cuando salimos a la cancha somos un equipo. Aún así, algo dentro mío hace que se me haga imposible abrirme con ellos respecto de cómo me siento. Espero que algún día pronto pueda hacerlo.
Desde que tenía 19 años sé que soy gay, ¿Cómo se siente vivir así? En el día a día puede ser una pesadilla absoluta y está afectando mi salud mental cada vez más. Me siento atrapado y mi miedo es que revelar la verdad sobre lo que soy solo haga que las cosas sean peor. Entonces, aunque mi corazón frecuentemente me dice que necesito hacerlo, mi cabeza siempre me dice lo mismo: ‘¿Por qué arriesgarlo todo?
Soy afortunado de ganar un buen sueldo, tengo un lindo auto, un guardarropas lleno de ropas de diseñador y puedo comprar todo lo que quiera para mi familia y para mis amigos. Pero lo que extraño en la compañía. Estoy en una edad en la que me encantaría tener una relación, pero por el trabajo que tengo, la confianza en tener una relación a largo plazo debe ser extremadamente alta. Es por eso que, por el momento, evito las relaciones del todo. Realmente deseo conocer pronto a alguien en que pueda confiar.
La verdad es que creo que el fútbol no está listo para que un jugador salga del clóset. El deporte tendría que hacer cambios radicales para que yo pueda sentirme habilitado a dar ese paso. La Asociación de Futbolistas Profesionales dijo que está lista para ayudar a aquellos jugadores que salgan del clóset y han dicho que ofrecerán consejerías y apoyo a quien lo necesite. Este no es el punto: si yo necesitara una consejería me sacaría un turno para una cuando quiera. Lo que tienen que hacer los que manejan el deporte es educar a los fanáticos, los jugadores, los entrenadores, los agentes y los dueños de los clubes, básicamente a todos los involucrados en el juego. Si yo decidiera dar ese paso me gustaría saber que voy a contar con apoyo en cada paso de mi camino. Hoy no siento que vaya a ser así.
Desearía no tener que vivir mi vida de esta manera, pero la realidad es que aún hay muchos prejuicios en el fútbol. En numerosas ocasiones he oído cánticos y comentarios homofóbicos de parte de los fanáticos, que no están dirigidos a nadie en particular. Extrañamente, esto no me molesta durante los partidos porque estoy muy concentrado en jugar. Recién cuando me subo al avión o cuando hablo con el entrenador que me doy cuenta.
De permanecer las cosas así, mi plan es seguir jugando mientras así lo sienta y salir del clóset cuando me retire. Fue muy bueno ver el mes pasado a Thomas Beattie levantar su mano y admitir ser gay, pero el hecho de que haya tenido que esperar hasta retirarse te dice todo lo que hay que saber. Los futbolistas aún están muy asustados de dar el paso mientras están jugando.
El último año he recibido apoyo de la Fundación Justin Fashanu para poder lidiar con la carga que esto está generando en mi salud mental. Es difícil poner en palabras cuánto me ha ayudado la Fundación. Me ha hecho sentir respaldado y comprendido, también me dio confianza para ser más abierto y honesto conmigo mismo. Sin ese apoyo no sé dónde estaría ahora.
Sé que podría llegar el punto en el que se me vuelva imposible seguir viviendo una mentira. Mi plan es retirarme y luego salir del clóset. Tal vez tire a la basura varios años de una carrera lucrativa, pero no se le puede poner un precio a la paz mental. y yo no quiero vivir así para siempre”.
Créditos: The Sun